‘Territorios de la memoria’ acerca el arte y la cultura a comunicadores y periodistas en formación
Por: Eugenia Islas Arroyo
Fotografía: Eugenia Islas Arroyo y Jesús Arizmendi Valdez
La “mexicanidad” no es precisamente nacer en alguno de los estados que conforman la república, o el simple hecho de vivir inerte en las ajetreantes calles de la Ciudad de México.
Ser mexicano es reconocer-nos en los constructos sociales de aquellos con los que se comparte una serie de referentes capaces de crear mundos de realidad internos, en los cuales lo gracioso cobra sentido, así como los dolores por crisis sociales se viven y pesan.
Territorios de la memoria, reflexión de historias desiguales
Del 6 de junio al 22 de septiembre de 2019, las salas del Museo de Arte Moderno (MAM) se visten con obras capaces de conducir al espectador a través de una recapitulación de su propio código genético social.
Territorios de la memoria es una exposición que presenta un panorama del periodo que comprende de los años 1985-2019, marcado por transiciones en los ámbitos social, cultural y político. Ésta procede en el cruce de hechos e interpretaciones, relacionándolos con actores, lugares y situaciones reales. Los temas están expuestos en cuatro territorios que ofrecen diversas lecturas sobre el devenir de nuestra sociedad y su situación actual.
La memoria es producto de la experiencia vivida; en ella se registran hechos, fenómenos e interpretaciones para comprender el estado de las cosas. El territorio comprende los límites y los contenidos que dan un carácter específico a los hechos. Territorios de la memoria es un recorrido interpretativo por temas pendientes de reflexión para la transformación de México.
Los ámbitos de la primera sección incluyen la familia, el poder y los modos de relación entre la sociedad y las instituciones. Asimismo, identifica los cambios que generan la irrupción de realidades como la migración forzada, la corrupción y la proliferación de la violencia.
El segundo núcleo aborda las transformaciones ocurridas en los roles sociales y en los mitos culturales que determinan el presente, tales como el mestizaje racial, la ideología política y su asimilación en la cultura urbana. La devastación de la naturaleza y la migración del campo a zonas urbanas son problemáticas de las que trata el tercer núcleo.
La última parte de la exhibición presenta propuestas de restauración social desde la cultura: el duelo ante la tragedia; la promoción del conocimiento y el aprendizaje a través de la experiencia; la unión de la razón y la sensibilidad; herramientas para la construcción de una realidad más justa.
A esta exposición asistieron los becarios de Fundación para la Promoción del Altruismo IAP, estudiantes de las carreras de comunicación y periodismo, que es parte de su formación como beneficiarios de la organización.
En esta muestra gráfica, pudieron observar obras de los artistas David Alfaro Siqueiros con Nuestra imagen actual, 1947; Rubén Ochoa con Consumismo, 2019; Rogelio Manzo con Cardiograma I, 2019; Patrick Petterson con El Buda Zapata, 2004 entro otros, forman parte de la curaduría de la exposición.
A partir de 1964 las instalaciones del Museo de Arte Moderno, en la primera sección del Bosque de Chapultepec en la Ciudad de México, han sido testigos de innumerables curadurías que retoman la configuración evolutiva de 1920 al presente.
La búsqueda por reflexionar acerca de los fenómenos estéticos de relevancia persigue la idea de reinterpretar la historia del arte moderno mexicano y, a su vez, la historia socio-política que se lee entre obras de arte.
Lo cierto es que existir en México es cada vez más estresante, salir de casa implica en sí mismo un acto de valentía: nadie nos asegura que hemos de regresar. Pese a ello, existe la posibilidad de imaginar realidades oníricas en las que las brechas de desigualdad se vayan cerrando, el arte es la enunciación que invita a la reflexión y evoca al cambio.
Museo de Arte Moderno. Página web: https://mam.inba.gob.mx/ Facebook: @MuseodeArteModernoMX Twitter: @museoAmodernoMX